Historia de Lupiana

Prehistoria

Los restos arqueológicos más antiguos de los primeros pobladores del término municipal de Lupiana se localizan en el tramo medio del valle del río Ungría. Fue una zona ocupada al menos ya en la Edad del Bronce por pequeños grupos de agricultores y ganaderos que se asentaron en el lugar aprovechando las óptimas condiciones que les proporcionaba el entorno, con una caza y una pesca abundantes.

El paraje es una mesa caliza que se eleva casi unos 800 metros sobre el nivel del mar y constituye por ello, un punto estratégico clave para dominar las vegas del Ungría y el Matayeguas. ¿Te atreves a dar un paseo hasta la meseta caliza donde se asentaron nuestros primeros pobladores? No dejes de hacer la ruta ”De Lupiana al cerro del Castillo”.

Villa romana

Un ara votiva romana del siglo II d.C. nos da la pista sobre el verdadero origen de la localidad. Se trata de una pieza hallada en 1965. Y aunque en la actualidad está desaparecida, a partir de la inscripción que aparecía en su parte frontal, (la cual fue fotografiada antes de desaparecer), los historiadores Carrete Parrondo y J. M. Abascal propusieron que el nombre del dedicante del ara era, “Lupianus” y que la posible villa romana que allí existía se denominaba “Lupiana” ¿Interesante hallazgo verdad?

Edad Media

Tras la conquista de Guadalajara por Álvar Fáñez de Minaya en 1085, toda la extremadura castellana se va a organizar siguiendo el modelo de común de villa y tierra. El alfoz que se concedió a Guadalajara con el llamado fuero corto de 1133, llegó a ampliarse a sesenta y una aldeas en el siglo XIV. El territorio se dividía en seis sexmas encabezadas, entre otros pueblos, por Lupiana.

La construcción medieval más antigua que se conserva en el municipio es la actual ermita del Santo Cristo del Socorro, en el despoblado de Pinilla. Se trata de los restos de una pequeña iglesia románica, probablemente del siglo XIII. Pinilla debió de ser un pequeño núcleo de población cuyos habitantes marcharon a Lupiana para no soportar la presión fiscal de estos siglos plenomedievales.

Pero si un hecho histórico es relevante para Lupiana es la fundación del monasterio de San Bartolomé en el siglo XIV. Su origen se remonta a 1373, cuando fray Pedro Fernández Pecha y fray Fenando Yáñez, regresan de Aviñón con unas bulas que les concedió el papa Gregorio XIII para fundar el convento de san Bartolomé y poder pedir limosna para su mantenimiento. El monasterio se construyó sobre una pequeña ermita que fundó Diego Martínez de la Cámara, antepasado de fray Pedro, en 1330.

No será hasta 1412 cuando la orden de San Jerónimo nazca en el capítulo general celebrado en el monasterio de Guadalupe. En él se decidió que fuera el prior del de Lupiana, por ser el primero de todos ellos, el General de toda la Orden.

Edad Moderna

Durante los siglos que Lupiana estuvo bajo la jurisdicción del monasterio (desde 1569 hasta la disolución del régimen señorial aprobado por las Cortes de Cádiz en 1812), sus vecinos gozaron de una relativa tranquilidad y generosidad por parte de sus señores. Sólo mantuvieron pleitos en ciertas ocasiones como por ejemplo por el aprovechamiento del monte.

1569 será un año clave, pues Felipe II aceptará el patronazgo de su capilla mayor, convirtiéndose desde entonces en capilla real y a denominarse Real Monasterio de San Bartolomé. Al mismo tiempo, concedía el título de villa a Lupiana pero quedando bajo jurisdicción del monasterio en un señorío de abadengo de nueva creación, evitando así que el pueblo tuviera poder judicial sobre el cenobio.

El comienzo del ocaso del monasterio se podría situar a partir del siglo XVII hasta que en 1836 la desamortización de Mendizábal provocó que los monjes que aún vivían en él se marcharan y se integraran en otras órdenes religiosas. El edificio fue comprado por el senador Páez Xaramillo y posteriormente por vínculos matrimoniales pasó a sus actuales propietarios los descendientes de los marqueses de Barzanallana.

Guerra Civil y éxodo rural

El siglo XX estará marcado fundamentalmente por la Guerra Civil y el éxodo rural a partir del fin de la contienda.

Lupiana permaneció hasta el final del conflicto en el bando republicano. En pleno frente de Guadalajara, sería defendido por la 14 División del IV Cuerpo del Ejército Popular de la República Española. Una vez finalizada la Batalla de Brunete el agosto de 1937, tanto el puesto de mando como el hospital de la división se instalaron en el sanatorio de Alcohete. En noviembre del mismo año, una vez que se produjo el trasladó de la división, el hospital pasará a instalarse al Monasterio de Lupiana.

Con el fin de la Guerra Civil, muchos vecinos emigraron a las grandes ciudades, Madrid fundamentalmente, intentando buscar un futuro mejor. Las mujeres entrando como sirvientas en las casas de las familias más adineradas, los hombres huyendo del trabajo en el campo y mirando a la industria como el sector que les permitiría una mejor vida. El Corredor del Henares comenzaba a ser uno de los ejes empresariales, industriales y logísticos más importantes de España. El resto de familias que quedaron en el pueblo fueron jornaleros del campo, ya fueran ganaderos o agricultores, y otros montaron pequeños negocios locales como tiendas de ultramarinos, la fragua, bares, carnicerías etc.

Lupiana hoy

En la actualidad Lupiana es un coqueto y tranquilo municipio de 283 habitantes.

Si bien es un pueblo como muchos otros de la provincia, afectado por la despoblación,  su cercanía a Guadalajara, al Corredor del Henares y Madrid, así como los servicios de los que dispone la localidad, le permiten afrontar este reto de forma positiva. Poco a poco la población va en aumento.  Y es que para nosotros es ¡una gran suerte poder vivir en Lupiana!

¡Acércate y conócenos!